Castellar-L’Oliveral, Benimaclet, el Pla del Remei y Malilla acogerán próximamente cuatro nuevos mercados extraordinarios de venta directa de productos agroalimentarios procedentes de la propia cosecha de los agricultores y agricultoras. Son los llamados mercados de la huerta y tendrán una periodicidad semanal. Las personas interesadas en instalar una parada en alguno de ellos pueden hacer la solicitud hasta el 3 de octubre a través de la sede electrónica del Ayuntamiento o en las oficinas de atención a la ciudadanía. El Consell Agrari de València ha publicado en su web toda la información de la convocatoria, donde se detalla cómo será el proceso de selección y el funcionamiento de los mercados.

 

¿Dónde se instalarán los mercados de la huerta?

 

Los cuatro mercados extraordinarios funcionarán un día en la semana, de 9 a 14 horas, excepto la víspera de festivos o festivos autorizados, que lo harán de 9 a 15 horas. Se localizarán en la plaza de La Figuereta, en Castellar-L’Oliveral; la plaza de Benimaclet, en el barrio del mismo nombre; la calle Martínez Ferrando, en el Pla del Remei, y la calle Joaquim Benlloch, en Malilla. Todos estarán en marcha cada sábado y contarán con 15 puestos de venta, salvo el del Pla de Remei, que estará los martes y tendrá 20.

 

¿Quién puede formar parte de estas paradas?

 

Las paradas que se establezcan deben ofrecer productos alimentarios frescos o elaborados procedentes de producción y elaboración propia. Pueden presentarse a la convocatoria las personas físicas o jurídicas que sean productoras primarias y pequeñas elaboradoras agroalimentarias, inscritas en los correspondientes registros, que vendan directamente a la persona consumidora final.

Cada candidatura puede optar a un máximo de cuatro autorizaciones, una para cada nuevo mercado, y en ningún caso se otorgará más de una parada por mercado a una misma persona. La concesión será por 15 años.

Entre los méritos que se evaluarán para obtener licencia para vender se encuentra, entre otros: la proximidad del producto; la calidad medioambiental; el acceso de jóvenes y mujeres al sector agroalimentario; las características de calidad del producto, como denominaciones de origen o que se trate de variedades locales y tradicionales; la economía social, o la integración de sectores de la población en situación o riesgo de exclusión social y económica. De acuerdo con las políticas municipales de inclusión y fomento del emprendimiento, se reservará hasta un 10 % de las autorizaciones a colectivos desfavorecidos y a nuevas personas emprendedoras.

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